Cuando hablamos de una caldera nos referimos al elemento en el que se produce la transformación de la energía de un combustible en energía útil. Esta energía está lista para ser utilizada pues se transforma en energía calorífica que se transmite a un fluido, agua o aire, para su circulación a través del circuito instalado en nuestros hogares. Normalmente se suele utilizar aceite, gasoil, gas o pellets para su funcionamiento aunque también puede estar impulsada por electricidad.
A continuación, realizamos una comparativa sobre las calderas de gasoil y las calderas a gas. Si estas interesado ¡Sigue leyendo!
Las calderas de gasoil son aquellas que utilizan gasoil o diesel como combustible para la generación de energía calorífica. Requieren de una temperatura de 60º para funcionar pero calientan con mayor velocidad, lo que las hace idóneas si lo que nos preocupa es abrir el grifo y tener agua caliente de forma instantánea. Las calderas de gasoil, al utilizar este combustible tan conocido, son más accesibles, pues no todo el mundo dispone de una instalación de gas en casa. No producen monóxido de carbono pero si otros gases igualmente peligrosos y su precio de venta es más bajo comparado con otros modelos.
El mantenimiento de una caldera de gasoil es más complicado ya que suele acumular restos de la combustión que requieren de varias limpiezas anuales para que esta funcione de forma óptima. Además el costo operativo hace que el retorno de la inversión sea vea a muy largo plazo y hay que preocuparse de comprar el combustible y transportarlo o podríamos quedarnos sin calefacción sin esperarlo.
Dentro de una caldera de gasoil se encuentra una bomba de calor que hace circular el agua a través de una tubería que lleva la energía calorífica al resto de aparatos de calefacción de nuestro hogar, para, más tarde, volver a la misma caldera. El agua se enfría durante el viaje y al volver hacia la caldera, se mezcla con el agua que ya se encontraba en esta y produce una reducción de la temperatura. Un termostato interior, gestiona el cambio de temperatura, encendiendo el quemador para volver a subirla y lograr un confort óptimo.
Este quemador, en este caso de gasoil, provoca unas llamas controladas pero con mucha duración, calentando el intercambiador de calor. Desde aquí, los humos de la combustión pasan a otra cámara a partir de la que se expulsan. Generalmente, las calderas de gasoil pueden ejercer para calefacción y para suministro de agua caliente sanitaria (ACS)
El precio de una caldera de condensación de gasoil suele oscilar entre los 1000€ y los 4000€ pero hay que remarcar que este tipo de caldera es muy rentable por su eficiencia (110%) aunque en este caso los precios de las calderas de gasoil varían mucho según el tipo y las características de los modelos.
Algunas de las marcas que trabajan con este sistema son:
Las calderas de gas se han ganado un gran puesto en el mercado de la climatización. Han sido las más utilizadas en los últimos años para la climatización con radiadores de agua. Están diseñadas para ofrecer calefacción y agua caliente sanitaria (ACS) aunque algunos modelos solo permiten uno de los dos. La gran ventaja de una caldera de gas es su rápida amortización de la inversión. La alta eficiencia de este sistema hace que veamos retornada nuestra inversión en poco tiempo (2 años) aunque suelan ser más caras. Por otro lado, requieren de muy poco mantenimiento porque usan un combustible que no deja restos, es limpio y no contamina aunque es recomendable que las limpiemos una vez al año y purguemos los radiadores. Además, podemos añadir que sumado a que la caldera de gas natural es un sistema óptimo para los más preocupados por el medio ambiente, encontramos también el beneficio de la vida útil mucho más larga. Estos equipos suelen durar mucho más que otros sistemas y son bastante pequeñas para el rendimiento que proporcionan.
Las calderas de gas natural contienen un depósito cerrado (usualmente metálico) que calienta el agua. El quemador que produce la energía calorífica produce la combustión que libera los gases (vapor) que pasan al intercambiador. Este intercambiador hace la función de ceder la energía calorífica al agua que había entrado fría en la caldera, lista para distribuirse a través de los circuitos instalados en nuestra casa, llegando a los radiadores o al suelo radiante.
La caldera de gas contiene una chimenea o tubería de salida que permite expulsar los gases de la combustión convirtiendo a este modelo en un tipo de calefacción segura y práctica.
Las calderas de gas tienen precios muy variados que parten desde los 300€ hasta más de 1000€ dependiendo de la marca y el modelo por el que optemos. Las calderas atmosféricas, menos seguras, pueden comprarse desde los 300€. Las calderas estancas, oscilan entre los 400€ y 1400€, las de bajo NOx suben un poco más hasta los 800€ pero son mucho más rentables pues proporcionan un gran rendimiento aunque una caldera de condensación, que son las que ahora mismo más se están vendiendo gracias a sus avances tecnológicos, puede sernos incluso más beneficiosa para nuestra instalación. Estas últimas parten de los 1000€.
Algunas de las marcas que están enfocándose en la creación de calderas de gas son:
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